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10 pueblos medievales para visitar en la Costa Brava

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Monells

Monells
Monells | Foto: Flamenc - CC BY-SA

Monells es un pueblo muy pequeñito pero con un pasado cultural muy rico. Situado en la comarca del Baix Empordà, el pueblo se construyó rodeando el Castillo de los Vizcondes de Bas, lugar muy transitado por caballeros, nobles y comerciantes en la época medieval.

La Plaza de Jaime I es uno de los puntos con más encanto. Para llegar a ella deberás cruzar una puerta que pertenece a la antigua muralla.

Aunque para rincones icónicos, la Iglesia de San Genís. Un lugar muy concurrido por los turistas que visitan el municipio por su mezcla de estilos arquitectónicos.

Una visita de poco más de medio día con la que te sentirás como si hubieras hecho un viaje en el tiempo.

Peratallada

Peratallada
Peratallada | Foto: Jaime Alcover - Pixabay

Peratallada, también en el Baix Empordà, tiene un patrimonio arquitectónico que te dejará sin palabras. Aún mantiene la esencia de la época medieval e incluso conserva la estructura de la época.

La entrada del pueblo es todo un espectáculo. Deberás dejar el coche en uno de sus parkings exteriores, dado que todo el pueblo está amurallado y la circulación de vehículos está prohibida. Cuando entres deberás pasar por debajo de un arco, protagonista de muchas fotografías. Las calles son largas y estrechas, todas de piedra, por lo que no olvidarás que te encuentras ante un pueblo medieval en ningún momento.

Justo en el centro del pueblo se encuentra la Plaza de les Voltes: la plaza principal del pueblo. En ella encontraréis varios restaurantes y terrazas donde pasar una noche de verano o comer un helado. También hay pequeños comercios en los que comprar algún recuerdo de la zona.

En Peratallada es obligatorio visitar la Iglesia de Sant Esteve y el Castillo-Palacio del siglo XI, del que se destaca la Torre del Homenaje, todo un emblema del pueblo.

Pals

Pals
Pals | Foto: Andre Oortgijs / CC BY-SA

Quizá uno de los pueblos más visitados del Baix Empordà. Y no sin razón.

Pals es un pueblo con un casco histórico que lo hace único en la zona. Además, se encuentra muy cerca del Parc Natural del Montgrí, así que el paisaje que lo rodea es, si cabe, aún más espectacular.

De entre todos los rincones a visitar, destacamos la Torre de las Horas, perteneciente a un castillo que fue destruido durante la época de la Guerra Civil Catalana.

También encontramos la Casa-Museo de Ca la Pruna, una réplica a una farmacia del siglo XVIII en la que se pueden encontrar exhibiciones de vinos y cavas catalanes y visitar el Museo de Arqueología.

Y no te marches sin visitar la Iglesia de Sant Pere: una preciosa combinación de arquitectura románica, barroca e incluso gótica.

En Pals también encontraréis el Mirador Josep Pla, el lugar idóneo para fotografias unas vistas maravillosas en las que descubrirás desde las Islas Medas hasta el Canigó.

Después de recorrer el Camino de Ronda que une Pals y Begur, en el que podrás descubrir unas de las mejores playas de la Costa Brava, id a tomar algo a la Plaza Mayor de Pals. Disfrutad de la esencia del casco antiguo del pueblo con un rato de relax y buena gastronomía ampurdanesa.

Castelló d'Empúries

Castelló d'Empúries
Castelló d'Empúries | Foto: PMRMaeyaert / CC BY-SA 3.0 ES

Castelló d’Empúries mantiene tanto la estructura como la esencia medieval en pleno centro del Alt Empordà. Es como si se hubiera quedado estancado en la época: su casco histórico está lleno de recuerdos de los antiguos condes de Empúries, que decidieron hacer de esta villa la capital de su condado.

Uno de los lugares más importantes del municipio es el Portal de la Gallarda, una de las ocho entradas que había antiguamente. Todas ellas se encuentran en diferentes puntos de la antigua muralla que rodeaba Castelló.

Castelló d’Empúries es muy conocido por la Basílica de Santa María, considerada la Segunda Catedral de Girona. Es un lugar de mucho patrimonio, tanto artístico como cultural, que guarda varios tesoros de la historia. Si tienes oportunidad, no dudes en entrar y hacer una visita a este templo.

Otro lugar con mucha historia es el Rec del Molí, un canal de agua que lleva el agua desde el foso de la muralla medieval hasta la Farinera de Castelló. El canal se usa actualmente para regar los campos que hay a su alrededor, genera energía y también se usa para el consumo de agua potable.

La Farinera es otro de los rincones que debes visitar. Repleta de secretos y curiosidades de la época, podrás descubrir cómo se fabricaba harina antiguamente e incluso conservan maquinaria de época medieval.

Si paseas entre sus calles, podrás encontrar la Curia-prisión, reconvertida en museo de curiosidades de la vida en prisión, sus reglas y la justicia medieval.

En Castelló d’Empúries se celebra el Festival Terra de Trobadors, ambientado en la época medieval, y en la que se realiza un mercado medieval y todo el pueblo se convierte en un escenario de la época cargado de actividades y espectáculos.

Madremanya

Madremanya
Madremanya | Foto: Josep Maria Viñolas Esteva / CC BY-SA

Madremanya es otro pequeño pueblo del Baix Empordà en el que también deberéis dejar el coche en las afueras.

Madremanya es pura tranquilidad, aunque esté muy cerca de grandes destinos turísticos. Desde su entrada podrás ver la Iglesia parroquial de Sant Esteve, datada del año 994. Justo frente a la Iglesia encontraremos otro edificio medieval, el Portal de la Sagrera, del siglo XIV.

La estructura del pueblo aún conserva los orígenes medievales de la época e incluso muchas casas aún tienen elementos arquitectónicos decorativos medievales.

Pasear por las calles de Madremanya es algo único. Las calles son estrechas y largas, y cuando menos te lo esperas, apareces en una de sus fotogénicas plazas.

Un lugar muy curioso es la Font Picant. Se dice que el agua de la fuente tiene propiedades medicinales e incluso se hizo una planta embotelladora en el siglo XIX, aunque se tuvo que abandonar el proyecto durante la Guerra Civil.

Acercaos también a visitar el conjunto arquitectónico perteneciente a los señores de Millàs. Está formado por la Iglesia de Sant Iscle y Santa Victoria de Millàs, el Castell de Millàs y la Cruz de Millàs. Ten en cuenta que el Castillo es propiedad privada y por lo tanto, su interior no es visitable. Madremanya es el lugar ideal para desconectar de las grandes ciudades y tomarse un tiempo de relajación entre sus encantos medievales.

Begur

Begur
Begur | Foto: Albert Torelló - CC BY-SA

Begur es un pueblo muy conocido entre los turistas del Baix Empordà por sus playas y calas de ensueño. Pero también por su historia medieval.

Las torres de vigilancia se construyeron en el siglo XVI con la finalidad de proteger al pueblo de los piratas que llegaban a la villa y, a día de hoy, aún se conservan.

También es de visita obligada su Castillo medieval. Aunque puedes llegar hasta allí en coche, nosotros te recomendamos que lo hagas a pie desde el centro del pueblo. Disfruta de un paseo por las callejuelas y descubre rincones que combinan las antiguas casas de piedra con las fachadas de colores vivos.

Actualmente solo quedan algunos restos de su antigua muralla, desde los que podrás disfrutar (y fotografiar) las mejores vistas de la Costa Brava.

El camino de ronda que une Begur y Pals es una ruta a pie fácil y casi obligatoria. Descubrirás una gran variedad de calas y algunas de las mejores playas de la provincia de Girona.

Sant Martí d’Empúries

Sant Martí d’Empúries
Sant Martí d’Empúries | Foto: Kevin Krejci / Flickr

Perteneciente al municipio de l’Escala, Sant Martí d’Empúries es un pequeño pueblo situado en el Alt Empordà. Quizá te suene el nombre de este municipio por las famosas ruinas d’Empúries, un yacimiento grecoromano que se puede visitar y en el que descubrirás un pasado lleno de historia.

Pero Sant Martí es mucho más que eso. De hecho, fue sede del condado de Empúries y aún se conservan buena parte de la muralla medieval.

Recorrer Sant Martí es muy fácil: todas las calles conducen a la Plaza Mayor. Es el lugar perfecto para comer o tomar algo y, a su lado, podemos encontrar los restos del Castillo de Sant Martí, considerado Patrimonio Arquitectónico de Cataluña.

Si visitas Sant Martí con tiempo, aprovecha para pasear por el paseo marítimo que une el pueblo con l’Escala. Descubrirás las playas y podrás disfrutar de sus vistas a la Bahía de Rosas.

Palau-Sator

Palau-Sator
Palau-Sator | Foto: Vincent van Zeijst - CC BY-SA

El municipio de Palau-Sator es un conjunto de pequeños núcleos: Palau-Sator, Fontclara, Sant Julià de Boada y Sant Feliu de Boada, y Pantaleu. Cada uno de ellos tiene un encanto especial pero algo muy común: todos conservan la esencia medieval de la época.

El lugar más turístico de Palau-Sator es su muralla y sus dos entradas. La Torre de las Horas es la que mejor se conserva a día de hoy. Formaba parte del antiguo castillo y en su fachada podemos leer la leyenda: “Només compto les hores serenes” (Solo cuento las horas serenas). El castillo, declarado bien cultural de interés nacional, se puede visitar a las afueras de la muralla.

En Palau-Sator se encuentra el Museo Rural del Mas Pou. Un museo muy peculiar centrado en las herramientas que se usaban antiguamente en la agricultura, en el que descubrirás cómo ha evolucionado esta actividad en la zona.

Sus monumentos imprescindibles, como la Iglesia Parroquial de Sant Pere, el Monasterio de Sant Pau de Santa Clara y las Iglesias de Sant Feliu y Sant Julià de Boada, están en núcleos diferentes. ¡No te pierdas ninguno! Son perfectos para una visita al completo de este pueblo medieval.

Peralada

Peralada
Peralada | Foto: Josep Renalias - CC BY 3.0

Peralada, situado en el Alt Empordà, un pueblo medieval con orígenes vinícolas.

Aunque es muy conocido por sus campos de golf y el casino, el icono principal es el castillo, con sus dos torres y su fotogénica enredadera. Los jardines son preciosos y mientras paseas por ellos, no podrás evitar sacarle alguna foto a sus rincones.

La visita es incluso más especial en los meses de verano, cuando se celebra el Festival Internacional de Música de Peralada.

Ten en cuenta que actualmente, el castillo es una propiedad privada, por lo que no se puede visitar en su totalidad.

Justo al lado se encuentra el Convento del Carmen, construido en el siglo XIV, y en el que se expone una de las colecciones de arte más importantes de Catalunya.

No olvidéis visitar el Centro Cultural de Sant Domènec, situado en el Claustro de Sant Domènec, un monumento del siglo XIII con unos capiteles decorados con escenas bíblicas y profanas como protagonistas.