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Paratge Natural d'Interès Nacional de l'Albera
En la Costa Brava hay una zona que, en el año 1986, pasó a estar catalogada como un monumento natural: la Sierra de la Albera, un paraje de interés nacional que cuenta con una superficie de más de cuatro mil doscientas hectáreas.
La gran extensión de este espacio se evidencia con el total de municipios que comprende. En concreto son tres: Rabós, Espolla y La Junquera. Así pues, se encuentra muy cerca de la frontera de Francia.
En El Pertús, un pequeño pueblo francés, hay un puerto. Justo allí da comienzo la parte de los Pirineos que se engloba dentro de la Sierra de la Albera, terminando en la Costa Brava.
Hablamos de una de las sierras más importantes de Cataluña sobre todo por la gran cantidad de cumbres con las que cuenta, las cuales tienen una considerable elevación. El récord se lo lleva el Puig Neulós, alcanzando los 1.257 metros en total.
A lo largo de sus 25km de longitud es posible ver numerosos atractivos, estando distribuidos en un par de reservas naturales de carácter parcial. La más pequeña, a pesar de cubrir una superficie de 395 hectáreas, es aquella que se ubica en un río conocido como Orlina, siendo el principal objetivo de esta zona el de proteger tanto los robledales como los múltiples hayedos presentes en el área.
La otra reserva natural parcial inicialmente tenía 580 hectáreas, pero se amplió con cien más tan solo un año después de declararse paraje natural de interés nacional. A diferencia de la primera, la vegetación queda relegada a un segundo plano para centrar la protección sobre todo en un animal en concreto: la tortuga que acostumbra a dejarse ver en el Mediterráneo.
Fauna
Ahora que hemos mencionado esta tortuga es un buen momento para profundizar en la fauna que está presente en el Paraje Natural de Interés Nacional de La Albera. Antes de describir las demás, conviene seguir incidiendo en estos seres herpetológicos, ya que en el resto de la península ibérica no hay poblaciones de dichos animales. Así pues, no es de extrañar que se haga todo lo posible por protegerlos.
No son las únicas especies que hacen acto de presencia en este lugar que es sinónimo de naturaleza en estado puro. Precisamente los que pertenecen a la herpetología también son habituales, sobre todo las ranas, debiendo añadir a la lista multitud de lagartos e incluso serpientes.
Obviando los reptiles y los anfibios, no pueden pasarse por alto la infinidad de aves que pueblan el Paraje Natural de Interés Nacional de La Albera. Concretamente la cifra de especies supera ampliamente el total de doscientos, así que cada día es posible avistar nuevos pájaros muy distintos unos de otros.
Tras haber hablado de las aves, ahora es el turno de los peces. Son abundantes, especialmente los que más llaman la atención por sus grandes dimensiones: los barbos de montaña. Las truchas, por su parte, también se dejan ver en este lugar.
Finalmente los mamíferos conforman una parte importante de la fauna del monumento natural. El número de especies llega a los 44, dando pie a que tan solo el 25 por ciento de los mamíferos que hay en toda Cataluña no puedan ser vistos en la Sierra de la Albera.
De todos los mamíferos que conviven en el paraje natural de interés nacional, sin duda alguna el más importante es la vaca de la Albera. No sorprende que reciba este nombre, puesto que es endémico del lugar. De hecho, estamos ante animales semisalvajes, de los cuales aproximadamente solo hay cuatrocientos a nivel mundial.
Flora
Si los animales adquieren mucha importancia para el Paraje Natural de Interés Nacional de La Albera, no se quedan atrás los elementos vegetales que también cuentan con una notable presencia en el lugar.
La zona San Quirico de Colera-Balmeta es típica del Mediterráneo en general, tal como demuestran no solamente sus matorrales, sino también los alcornocales. Desafortunadamente se trata de un área que acostumbra a ser castigada por incendios, los cuales pasan una grave factura al monumento natural.
El otro sector presenta una flora muy distinta a la recientemente comentada. Hablamos del Requesens-Baussitges, siendo una vegetación con un mayor nivel de humedad y con unas características que poco tienen que ver con las de la otra flora gracias sobre todo a la elevación. En este caso hablamos de hayedos, encinares, robledales y castaños. Por si fuera poco, en muchas cumbres pueden apreciarse los preciosos prados alpinos que son habituales en las cordilleras.
Aquí no termina la lista que forma parte de la flora del lugar. Y es que la que es propia de la ribera está presente cerca del río cuyo nombre es Anyet. Los alisos son numerosos, además de los sauces y los fresnos.
Visitas imprescindibles
Si decides visitar el Paraje Natural de Interés Nacional de La Albera podrás optar por varios itinerarios que describiremos más adelante. Sea cual sea tu elección, no conviene que dejes pasar una serie de puntos de gran interés, los cuales por unos u otros motivos resultan muy atractivos.
Castillo de Requesens
Esta sierra no solo es la perfecta definición de naturaleza. En ella también hay construcciones que merecen mucho la pena, siendo un claro ejemplo el castillo de Requesens que se construyó en la época medieval. Hace un par de siglos se reformó, basándose los encargados de hacerlo en un estilo que recuerda mucho al romanticismo.
Si te encuentras en la llanura podrás ver a la perfección dicha estructura, la cual se ubica concretamente en la colina de un valle muy cerca de uno de los ríos que pasan por el monumento natural: el Anyet.
Estructuras románicas
Continuando con las estructuras, otras de las más imponentes son las románicas. Todas ellas hacen gala de un buen estado de conservación, lo cual es meritorio especialmente si se tienen en cuenta los muchos años que tienen a sus espaldas.
Tanto en las vertientes norteñas como en las sureñas hay diversas ermitas que destacan por la sencillez, así como por lo bonitas que llegan a ser. La simplicidad en lo referente a la construcción no se da al hablar de la estructura románica más destacable de todas: un monasterio para benedictinos que está en Sant Quirze de Colera.
En este valle apartado se respira una gran dosis de tranquilidad, siendo ideal para desconectar y alejarse por completo del estrés. Allí hay una iglesia con una preciosa basílica, así como restos del que antiguamente era un claustro.
Monumentos con miles de años de antigüedad
Más de cinco mil años tienen algunos de los monumentos que todavía a día de hoy se encuentran en la parte meridional del Paraje Natural de Interés Nacional de La Albera. Los que cuentan con una mayor presencia son los dólmenes, superando el total de ciento cincuenta.
No se quedan muy atrás los menhires, además de las insculturas. El punto que atrae la mayoría de miradas por parte de los visitantes es Mas Baleta, puesto que cerca de las lagunas de esa área hay un círculo de megalitos del que sorprende su buen estado.
Lagunas
Disfrutar al máximo de la experiencia de visitar este monumento natural exige sí o sí admirar sus lagunas. Desafortunadamente es algo que solo puede hacerse en una época del año en concreto: primavera, aunque en caso de tener suerte, el resto del año también existe alguna que otra posibilidad. Todo depende de las lluvias, ya que cuando son abundantes se forman estas preciosas lagunas.
Durante los meses en los que están repletas de agua, tanto la fauna como la flora del paraje de interés nacional cambian por completo, ya que surgen elementos que se adaptan perfectamente al medio cuyo porcentaje de humedad es muy elevado.
Haya de la Piedra
Son muchos los elementos vegetales que adquieren una especial relevancia, aunque la mayoría de visitantes tienen como objetivo uno en concreto que recibe el nombre de Haya de la Piedra.
Básicamente se trata de un árbol que, con el paso del tiempo, ha acabado convirtiéndose más bien en una especie de monumento. Además, en sus proximidades hay mucha otra vegetación que merece una mención especial, sobre todo los serbales de los cazadores y los acirones.
Mirador
En todo el Paraje Natural de Interés Nacional de La Albera hay numerosos puntos que ofrecen unas vistas privilegiadas, pero si quieres gozar de las que están consideradas como las mejores de todas, el mirador del Puig Neulós es una visita imprescindible.
Gracias a la gran altitud de más de mil doscientos cincuenta metros, la skyline es espectacular en todos los sentidos. Sea cual sea la dirección en la que mires quedarás asombrado, pudiendo admirar llanuras pertenecientes a l’Empordà, la Badía de Roses -considerada una de las más bellas de toda Europa-, una Reserva Natural conocida como Bosc de la Maçana, etcétera.
Itinerarios
El Paraje Natural de Interés Nacional de La Albera es uno de los parques naturales de la Costa Brava más versátiles y variados. De ello dan buena cuenta los diversos itinerarios por los que es posible optar.
Desde Cantallops hasta Requesens
No es un itinerario largo, ya que abarca poco más de cinco kilómetros. Así pues, los excursionistas lo completan en un par de horas. Por otra parte, la acumulación del desnivel alcanza algo más de trescientos cincuenta metros, tratándose de una ruta lineal que no resulta complicada, aunque no es apta para personas con un nulo fondo físico o con problemas de movilidad.
El itinerario da comienzo en Cantallops y, pasando por una especie de camino de romería, se llega a una icónica iglesia que recibe el nombre de Santa María de Requesens. Yendo hacia el norte se alcanza un sendero que permite atravesar un arroyadero, el cual es conocido como Les Comtes, bastando para ello un cuarto de hora.
Media hora después de haber empezado la ruta se evidencian los primeros dólmenes que están ubicados en Medàs. Atravesando otro sendero que queda a mano izquierda se llega a la Font de les Feixes, la cual conecta directamente con Requesens.
Itinerario por los alrededores del castillo
A diferencia del anterior itinerario, en este caso estamos ante una ruta que sí es apta para prácticamente cualquier persona, ya que es muy fácil recorrer los cinco kilómetros y medio que comprende.
El desnivel se acumula alcanzando tan solo unos ciento cuarenta metros, pudiendo completarlo en algo menos de dos horas. Se trata de una ruta circular que empieza en un parking, concretamente en el de Pipes.
Tras pasar por la Font Rovellada empieza el rodeo al Castillo de Requesens, debiendo continuar por Can Picardia y posteriormente por Corral Nou. Poco después se llega a un refugio y a una tejería.
A lo largo de la ruta se evidencian los muchos recursos que proporcionaba antiguamente la sierra a quienes desarrollaban allí su actividad económica. En concreto nos referimos tanto al agua como a la madera. Este último material se utilizaba a modo de combustible con tal de hacer uso de múltiples hornos.
Ruta de la Haya de la Piedra
El segundo itinerario más largo de todos es el que pasa por una de las visitas imprescindibles que hemos mencionado antes: el mítico árbol que recibe el nombre de Haya de la Piedra.
La ruta empieza en el parking de la tejería y es circular, comprendiendo nueve kilómetros que se recorren en un total de tres horas. El desnivel se va acumulando hasta llegar a los cuatrocientos metros, por lo que el grado de dificultad del itinerario es medio.
La ruta pasa por puntos clave como el Roc de les Cabres, Font del Faig y Pont de les Cultives. Conviene destacar la existencia de un atajo que se encuentra a media hora de haber iniciado el camino, subiendo en dirección al Puig Neulós. Si lo tomas te ahorrarás un par de kilómetros, pero si quieres disfrutar del cien por cien de la experiencia conviene seguir por la fuente de Els Arcaires que conecta con un puente.
Excursión por los bosques de Requesens
En el mismo aparcamiento en el que da comienzo la anterior ruta, se inicia un itinerario que no es apto para todos los excursionistas. Y es que se trata de un trayecto que presenta una serie de dificultades y, además, es bastante largo: 11 kilómetros en total.
La ruta circular presenta un desnivel acumulado de más de cuatrocientos treinta metros, pero lo cierto es que merece mucho la pena si te gusta la flora en general. Durante el transcurso de las cinco horas quedarás maravillado con toda la vegetación que se encuentra en los bosques de la sierra.
Tras pasar por Requesens e iniciar un camino en dirección a Puig Neulós, llega el momento de coger un atajo que te permitirá alcanzar un destino clave: el Faig de la Pedra. Los siguientes elementos por los que irás pasando son un par de fuentes -la de los Arcaires y la Nova-, el Roc de l’Atalaiador y un torrente: el de Coll Pregon.
Al llegar a la esclusa fluvial perteneciente al río Anyet tendrás la posibilidad de iniciar el itinerario por los alrededores del castillo o, por el contrario, emprender el camino que te llevará nuevamente al parking de la tejería.
Normas
Sea cual sea el itinerario por el que optes, hay una serie de normas que han de cumplirse sí o si. La primera de ellas hace referencia a las mascotas, sobre todo los perros, los cuales suelen dejarse ver por el Paraje Natural de Interés Nacional de La Albera en compañía de sus dueños. Es posible llevarlos de excursión, pero no pueden estar libres: la correa es obligatoria.
Por otra parte, no se permite acampar libremente en ninguna de las zonas que abarca el monumento natural. Tampoco se puede encender ningún fuego, ya que es un área que presenta un elevado riesgo de incendiarse.
En caso de generar algún tipo de residuo o basura, no puede dejarse en la sierra, debiendo llevársela cada persona para que no quede ningún rastro de ella.
Mencionando de nuevo los itinerarios, hay que tener en cuenta que durante el transcurso de los mismos es habitual dar con propiedades que son privadas, las cuales han de ser respetadas.
Por último, tanto la cultura como la naturaleza del paraje no deben alterarse lo más mínimo, ya sea estropeando plantas, arrancándolas o causando alguna molestia a un animal.
Tarifas
Tal como sucede con la gran mayoría de parques naturales que hay en la Costa Brava, recorrerlo es libre y completamente gratuito.




